jueves, 2 de agosto de 2012

No volveremos atrás, señor Wert



Esta presentación del informativo NODO de la Ley de Educación de 1970 de Villar Palasí resulta auténticamente ilustrada (se establecía un plan para generalizar la escolarización y compensar desequilibrios territoriales y de clase social), y  revolucionaria si la comparamos con el Anteproyecto de Ley que plantea Wert en 2012.

El Libro Blanco de la Educación de 1969, que en realidad llevaba el título de La educación en España. Bases de una política educativa, es el primer informe crítico que se produce en España sobre la educación, ¡y se hace casi cien años después de las primeras leyes francesas de 1881!

En él se reflejaba con total crudeza las deficiencias que presentaba el sistema escolar español: elevada tasa de abandono escolar, excesiva ratio alumno/profesor, escasa valoración del Formación profesional o la denuncia de una enseñanza en exceso memorística, entro otras cosas.  Algunas de sus características podrían resumirse en:
a) Generalización de la educación de los 6 a los 14 años para toda la población, en el doble sentido de integración en un sistema único, no discriminatorio, de todos los niños y niñas comprendidos en estas edades, y de escolarización plena.
b) Preocupación por la calidad de la enseñanza. La LGE no sólo supuso la extensión de la educación, sino que procuró una enseñanza de calidad para todos.
c) Fin del principio de subsidiariedad del Estado, presente hasta 1970. Esta ley reconoce la función docente del Estado en la planificación de la enseñanza y en la provisión de puestos escolares, (aunque con un presencia notable de la enseñanza privada en los niveles no universitarios) ["es responsabilidad (del Estado)... la función esencial de formular la política de este sector, planificar la educación y evaluar la enseñanza en todos sus niveles y centros" la educación tendrá "la consideración de servicio público fundamental".]
e) Un sistema educativo, pretendido teóricamente con esa estructura, poco selectivo en comparación con otros países.
f) Preocupación por establecer relaciones entre el sistema educativo y el mundo del trabajo, por entender que la educación debe preparar para el trabajo.
g) Configuración de un sistema educativo centralizado, que trajo consigo una uniformidad en la enseñanza.
¿Por qué nos planteamos ahora recordar la ley de Educación de Villar Palasí?  Porque si releemos algunos de sus principios o revisamos el fragmento del  informativo con el que se inicia la entrada, (en el que nos desgranan algunas de las causas y de los objetivos de la Ley del 70 ),  entenderemos perfectamente que quienes añoran un  bachillerato “como Dios manda” o  recuperar la cultura del esfuerzo a dónde quieren llevarnos no es, ni de lejos, a la ley del 70.

De las palabras de Aguirre o Wert, y  lo que es peor, de sus acciones (anteproyecto de Ley incluido), podría deducirse que antes de los años 70 en nuestro país hubo un sistema educativo lleno de esfuerzo, de  autoridad,  en el que primaban las "humanidades"..., y naturalmente alejado de esas obsesiones igualitarias de sistemas posteriores que de "seleccionar como Dios manda" se encargaban  ya esa prueba de ingreso a los ¡10 años! y esas  dos reválidas, tras el bachillerato elemental y tras el superior.

Quieren llevarnos de vuelta a un sistema educativo cuyos principios podrían convivir perfectamente con los de leyes educativas franquistas de los 50-60 defensores:

-de una educación confesional católica, 
-de una educación considerada como un asunto cuya competencia corresponde a la sociedad  mientras que  la  misión del Estado es  únicamente la de coadyuvar a esta labor, 
-de considerar al estado subsidiario en materia educativa.., (lo que suponía de hecho dejar la educación en manos de la iglesia católica), 
-de una escuela socialmente  segregadora

¿O es que no nos suenan a la LOMCE actual algunos de los objetivos y planteamientos que recoge la Ley de  Ordenación de la Educación ¡¡de 1953!!!, promulgada por el ministro Joaquín Ruiz Jiménez? (en la imagen, con Pío XII)

"...Descongestión de los programas para que el alumnado aprenda mejor las disciplinas esenciales"
"Establecimiento de una prueba intermedia a final de cuarto año...
"Perfeccionamiento técnico de las pruebas de grado disminuyendo las materias...
"En la Enseñanza Media se aplicará el principio de una educación separada para uno y otro sexo"
"los institutos masculinos no podrán admitir inscripciones ni verificar pruebas del alumnado femenino, ni los femeninos de alumnado masculino"
La preocupación esencial:
"Desde la iniciación del Movimiento Nacional ha sido preocupación constante del Estado la promulgación de normas jurídicas que garanticen la formación intelectual y moral de la juventud española en el servicio de los altos ideales de la Fe Católica y de la Patria"
Los tipos de centros:  Se clasificaban en Oficiales (los Institutos de Enseñanzas Medias) y NO oficiales, los centros regentados por la iglesia y los privados

En la página del blog "Educación en Orcasitas", para que algunxs recordemos, y los más jóvenes conozcan lo que era la educación en el franquismo antes de los 70, recogen una serie de datos sobre esa educación llena de reválidas, desigualdades y autoritarismo que algunxs echan de menos.  Y lo hacen  a partir de los análisis de la situación que hace el Libro Blanco para la Educación de 1969 (elaborado en época de Franco, que no se nos olvide), y que justificaría esa reforma educativa, reguladora por primera vez en el siglo XX del sistema educativo en su conjunto:
Eran analfabetos el 17,1% de la población adulta (la mayoría mujeres) en 1963. Prácticamente el mismo porcentaje que en 1940. Este porcentaje se redujo notablemente, hasta un 5,7, en 1968. Gracias a campañas masivas de alfabetización.
"De cada 100 alumnos que iniciaron la Enseñanza primaria en 1951 (con 6 años) , llegaron a ingresar 27 en la Enseñanza media (con 10 años); aprobaron la Reválida de Bachillerato elemental (con 14 años)18 y 10 el bachillerato superior (con 16 años); aprobaron el Preuniversitario (17 años) 5 y 3 alumnos culminaron sus estudios universitarios en 1967.
En el curso 1965-66, la media de aprobados en la reválida de bachillerato elemental fue de 50,3% y del 56,9% en la reválida de bachillerato superior. En las pruebas de madurez (preuniversitario) del 42,5%.
El progreso en el Sistema educativo dependía en gran medida de la clase social y el medio rural o urbano. A la Universidad sólo llegaba el 3% de los estudiantes y muy pocos de ellos provenían de familias obreras. De los estudiantes universitarios solamente el 5% eran hijos de obreros especializados (el 33% de la población total) y el 0,5% eran hijos de obreros sin especialización (el 25% de la población total).
De 100 niños hijos de obreros del campo que iniciaban primaria cursaban enseñanza media 4,2 y enseñanzas superiores 0,2.
De 100 niños hijos de obreros manuales cursaban enseñanza media 15,4 y enseñanzas superiores 2,6.
De 100 niños de hijos de profesionales liberales que iniciaban primaria, 49,9 cursaban enseñanza media y 6,0 estudios superiores.
De 100 niños hijos de directores y gerentes de empresas que iniciaban primaria, 71,9 cursaban enseñanza media y 14,2 a enseñanzas superiores
En 1960, solamente el 1,7% de la población activa tenía un título superior.
La enseñanza pública tenía muy poco peso en la Enseñanza media.Sólo el 21,5% de los alumnos que estudiaban bachillerato lo hacían en centros públicos. El resto, el lo hacía en colegios religiosos o por libre.
Había una gran desigualdad de rentas y oportunidades según las regiones de España. Por ejemplo, Las provincias con más renta Vizcaya (57.718 pta), Guipúzcoa (55.767 pta) y Madrid (53261 pta) tenían más de tres veces la renta per cápita de las provincias con menor renta Cáceres (20.331 pta), Jaén (19.831 pta) y Almería (18.550 pta).
Añaden, además, datos acerca de los "selectivos" resultados de las pruebas de reválida:

El Examen de Estado que había al final del bachillerato de 7 cursos (que se suprimió en 1953 para establecer un bachillerato dividido en dos grados, uno elemental y otro superior) sólo lo aprobaban el 40% y el examen de ingreso en las Escuelas de Ingenieros el 7%. (Fuente de este último dato; "Historia de la Educación". Atkinson y Maleska)

 Por otra parte, un artículo de El País de José Gimeno Sacristán, "Selección y desconfianza"añade más datos del Libro Blanco de la Educación, en este caso para justificar el fin de las reválidas:

"En el Libro Blanco (1969) que precedió a la Ley General de Educación de 1970 se razonaba la supresión de las dos reválidas que existían tras los bachilleratos elemental y superior, como medidas para aumentar la afluencia y permanencia en el sistema educativo de una creciente población joven, mejorando su nivel cultural.
Aquellas pruebas estrangulaban la pirámide escolar. En el curso 1965-66, la mitad de los alumnos no superaba la reválida del Bachillerato Elemental (cursado entre los 10 y los 14 años). Un 43% fracasaba en la de Bachillerato Superior. Los reprobados se veían obligados a salir del sistema y nutrían la que se denominó —ironías del lenguaje— enseñanza libre, que no era otra cosa que clases para fracasados en academias, impartidas en muy malas condiciones, o tenían que valerse de los apoyos de profesores particulares, siempre pagados por las familias. No conocemos a nadie que haya argumentado que la supresión de aquellas pruebas fuera entonces causa de deterioro alguno de la calidad del sistema educativo, sino más bien al contrario: democratizó la educación y mejoró el nivel del país"

¿Es esta la educación  que queremos para el siglo XXI? Pregunta  retórica de respuesta sabida, NO!!!

No queremos volver a esa educación plagada de obstáculos, de  reválidas , y de pruebas externas que si algo garantizan es la exclusión de los más débiles, señor Wert.

No queremos volver a una educación segregadora, a la que únicamente parecen importarle la apuesta por la "competitividad y el crecimiento económico", por el "mercado", por la "élite y la excelencia", olvidando el sentido integrador de la educación, su capacidad para subsanar desigualdades,  la formación integral de la persona, la autonomía, el desarrollo del sentido crítico, de los valores, del sentido democrático, del engarce en la cultura a la que pertenecemos, del conocimiento del pensamiento de la humanidad, de sus desarrollos conceptuales, de sus formas de explicar el mundo en que vivimos... (Algunas reflexiones sobre el Anteproyecto de Ley)  


¡PAREMOS LA LEY WERT! 
Si no lo paramos el verbo "Estudiar" será defectivo, sólo podrán conjugarlo quienes tengan dinero (@Nando_J)

Fuentes:

Además del blog citado, (y a partir del que se ha elaborado parte de la entrada), se han manejado datos de:

Los planes de estudio en los institutos de Bachillerato en el siglo XX (III)


Evolución del sistema educativo español, Ministerio de Educación 2004

La educación en España, 1945-1992, Claudio Lozano Seijas

El anteproyecto + algunas consideraciones, en el blog del Movimiento social por la Escuela Pública de Asturias

Anteproyecto de Ley Orgánica para la mejora de la calidad educativa, en PDF (Primer borrador)

Informe MacKinsey, enero de 2012




Imagen de Manipulando, Facebook


¡NO QUEREMOS VOLVER ATRÁS, SEÑOR WERT!

¡Y NO LO HAREMOS!